La vegetación de España
La vegetación de España es muy variada, debido a varios factores como son: la diversidad del relieve, del clima y su latitud. Las regiones fitogeográficas tienen características propias y son el resultado de la interacción de varios elementos, destacando el clima, el relieve y el tipo de suelo.
- Mediterránea
Es la región de mayor extensión e importancia. Influida por el clima mediterráneo, con periodos de sequía, escasa lluvia y gran amplitud térmica. El tipo de vegetación más importante es la esclerófila, muy bien adaptada a la sequía, con hojas duras, pequeñas y perennes.
El encinar: En el dominio del encinar el árbol característico es la encina (Quercux ilex), que es el árbol más representativo del clima mediterráneo. La encina es un árbol de talla mediana, no supera los 15 metros de altura, con el tronco robusto y de hojas pequeñas, de color verde oscuro, con la cara inferior grisácea, coriáceas, persistentes y muy abundantes. Tiene raíces muy potentes. Se adapta a varias condiciones climáticas diferentes y a la vez que en estado adulto es capaz de aguantar la plena insolación. Aparece por toda la Península, exceptuando áreas del norte por encima de los 100 m .; en el sur aparece hasta los 2000 msnm y tampoco aparece en el dominio subdesértico del sureste de la península.
Alcornocal: Se da en el sudoeste de la Península Ibérica , Montes de Toledo, Sierra Morena y Cataluña. La especie predominante es el alcornoque, (Quercus suber) parecido a la encina pero con un tronco más grueso, que tiene una capa de corcho y con las hojas más claras, con un follaje menos denso y de color más claro, por tanto, la insolación que recibe es mayor; ello da lugar a un microclima bastante diferente. No se asienta nunca sobre sustratos calizos (calcifugo), es menos resistente al frío por lo que su área se mantiene más al sur y necesita más humedad. Si la pluviosidad anual supera los 500 mm , este árbol se expande por las solanas sobrepasando los 1.000 m de altitud. En cambio, si no los alcanza, se localiza sólo en las umbrías sin superar los 600-700 m . En los alcornocales se encuentra normalmente mezclada la encina en una proporción variable. El alcornocal natural, muy excepcional actualmente, presenta un aspecto característico. Los alcornoques, no muy altos, alcanzan un extraordinario grosor; se conocen algunos con 7 m de diámetro a un metro del suelo.
El sotobosque está formado por leguminosas, del género genista, algunas especies espinosas como el tojo, aulaga negra y brezo) y otras que no lo son, también del género Genista y Cytisus, madroños, jaras, etc., contribuyen a formar un sotobosque denso e inflamable.
La acción antrópica de aprovechamiento del corcho hace que el sotobosque no se desarrolle, aunque es uno de los más capacitados para la recuperación sobre todo después de los incendios. Los jarales y brezales que arden fácilmente, pero que se reconstituyen con rapidez y resultan por ello favorecidos por los incendios frecuentes, alcanzan gran desarrollo en la España occidental silícea y en primer lugar en Sierra Morena.
La maquia y el pinar: El clima mediterráneo alcanza dentro de la Península, en algún sector, elevados grados de aridez; el período árido puede superar los cuatro meses. En estas condiciones, el encinar ya no puede desarrollarse. La encina va desapareciendo y deja paso a una vegetación de tipo arbustivo. Se localiza en la vertiente mediterránea y parte de la atlántica, desde la desembocadura del Llobregat hasta el Algarve portugués, así como por algunos sectores de clima muy continental de la Meseta y sobre todo de la Depresión del Ebro.
2.- Eurosiberiana: Se da en el norte de la Península Ibérica con un clima oceánico, con lluvias regulares, lo que influye en la vegetación. Dentro de esta región está el dominio atlántico y el submediterráneo.
- Atlántico
Su vegetación es un bosque denso, abundan los prados con gran verdor. Se diferencian tres sectores:
- Cantábrico: abarca desde la parte más oriental de Galicia hasta las estribaciones más occidentales de los Pirineos. Su vegetación es de bosque caducifolio en el que predominan el roble carvallo y el haya.
El roble carvallo puede llegar a los 40 m , con gran ramificación y muy adaptado al frío. Para su desarrollo necesita suelos con alto componente de humedad. Dentro de los carvallos aparece otra especie: el roble sesil, junto a los acebos y serbal. El sotobosque es de brezo y tojo. Cuando la degradación ya es muy acusada aparecen matorrales de retama junto a helechos. El tipo de matorral propio del dominio atlántico es la landa. También existen los hayedos con hayas altas y que se ramifican hacia la mitad de su tronco. Son muy resistentes al frío y necesitan humedad para desarrollarse, es muy común en zonas montañosas. Son casi inexistentes en el sur de la península. Las hojas del haya configuran una gran sombra por lo que se crean microclimas en su interior.
El sotobosque es muy pobre, son especies bulbosas que se desarrollan en primavera cuando el follaje no es tan denso. Estos espacios no han sido tan degradados, se han explotado para aprovechar la madera. Cuando el haya y el roble van desapareciendo se sustituyen por especies como el castaño, muy común en Cantabria y cede el sitio a especies de repoblación como el pino y el eucalipto.
- Gallego: la especie dominante es el roble carvallo. El haya desaparece conforme nos adentramos en ámbitos centrales y occidentales porque carece de la humedad ambiental necesaria para su desarrollo. Conforme nos alejamos de la costa, el carvallo se sustituye por el roble rebollo, menos exigente de humedad. Se manifiesta en suelos ricos en sílice. Entre ambos robles hay pinos y todos se asientan en montañas altas y medias. En las zonas costeras los robles y pinos están acompañados por castaños y eucaliptos. Conforme desciende la altitud, estos robles y pinos se sustituyen por prados con aprovechamiento ganadero y herbáceo. Su matorral característico conforme se degrada es la landa con brezos y tojos.
- Transición atlántico-mediterránea: corresponde a la parte meridional de la cordillera Cantábrica y de Galicia. La principal característica es que existen unas zonas de influencia oceánica y otra mediterráneo-continental. El roble que predomina es el rebollo que se va mezclando con las primeras encinas del sector silíceo. Es la vegetación que predomina en los Montes de León y en la vertiente sur de la cordillera Cantábrica.
- Submediterráneo
Se extiende a partir del área más oriental del domino atlántico. La principal característica es que existen especies que corresponden a las regiones eurosiberianas y otras a regiones mediterráneas. Se asientan en el prepirineo y en espacios muy concretos de la cordillera Bética. Existe un sector húmedo y otro seco:
- Húmedo: destaca el roble pubescente, en condiciones ecológicas moderadas, ni mucho frío ni mucho calor, junto a este también se da el pino silvestre y juntos crean una asociación. Predominan en la zona meridional de los Pirineos. En suelo carbonatado existe un sotobosque donde predomina el boj, cuando es suelo silíceo el sotobosque es de roble albar, cuando predomina el pino albar su sotobosque es de especies mediterráneas y submediterráneas. Al estar a más de 500 msnm ha sido fuertemente degradado por el hombre y se ha transformado en campos de cultivo.
- Seco: la especie dominante es el quejigo que es más pequeño que la encina, tiene una hoja más reducida, con pequeños dientes, es más resistente al frío pero no soporta las duras condiciones de calor. Se adapta muy bien a los suelos carbonatados y al no soportar la insolación se da en las zonas de sombra, por el contrario, en las solanas va desapareciendo y es sustituido por la encina. El sotobosque será mediterráneo y submediterráneo.
3.- Área boreoalpina
Se corresponde con la vegetación de alta montaña y está delimitada por la altitud. Está muy adaptada a las bajas temperaturas, y con mayor pluviosidad que las zonas más bajas. Hay un ciclo biológico muy reducido a causa de la nieve. Existen diferentes regiones según la altitud.
- Montaña alpina: La encontramos en los Pirineos a partir de los 1200-1300 msnm. Según el piso altitudinal podemos encontrar diferente vegetación.
- Piso subalpino, entre 1200 y 2400 m , en el que el clima es bastante húmedo y da lugar a una densa vegetación, destacando las coníferas, como el abeto y el pino negro. El abeto se da en las zonas más húmedas de esta región con bosques densos, lo que propicia que el sotobosque reciba una insolación reducida y no sea muy rico. El pino negro es más pequeño y tiene un tronco grueso, la insolación es mayor. Su sotobosque asociado está formado por arándanos rododendros, gayuba y enebro. Esta vegetación, cuando los bosques de pino negro se aclaran por acción del hombre, se adensa y constituye un espeso matorral.
- Piso alpino, entre 2300 y 3000 m . La vegetación es el prado de plantas pequeñas y acompañado de plantas bulbosas, con un ciclo de vida corto, supeditado al tiempo en que se recubre de nieve (6-7 meses). Según la humedad y el suelo existen otras especies florísticas. El último piso es el nivel que se encuentra a más de 3000 m de altura, se localiza en espacios concretos, las zonas de escasa pendiente están cubiertas de nieve todo el año y la vegetación es inexistente. Donde hay pendiente, la nieve resbala y no se encuentra el suelo cubierto hay especies adosadas a las rocas como musgos o líquenes. En los puntos donde existe un defectuoso avenamiento, el agua de fusión de la nieve ocasiona la constitución de turberas.
- El piso nival. Corresponde a los sectores situados aproximadamente por encima de los 3.000 m . Dentro de él hay que distinguir: los espacios de topografía más o menos plana o de pendiente reducida en los que la nieve se mantiene a lo largo de todo el año, en los que la vegetación superior es inexistente; y los constituidos por rocas de fuerte pendiente donde la nieve desaparece durante un tiempo, y en donde se encuentran las asociaciones de pequeñas plantas rupícolas.
- Montaña de transición
Comprende gran parte de las montañas de la Península fuera de la expansión de los Pirineos. En las Montañas de transición hacia el Atlántico solo se circunscribe a las partes más altas dentro de la Cordillera Cantábrica , su vegetación es más pobre que en los Pirineos porque desaparece el piso subalpino, hay pequeños matorrales de arbustos, de porte reducido: brezos y genistas, afines a la landa atlántica, los cuales en las mayores altitudes dejan lugar al prado alpino.
En las montañas de transición al mediterráneo se da en todas las cordilleras por debajo de la Cantábrica, es decir en Sierra Morena y Sistema Central. La principal característica es que existe irregularidad pluvial y estación seca y el piso subalpino no existe. Por encima del bosque caducifolio se da el matorral. En el Sistema Central, a partir de los 1.900-1.950 msnm al desaparecer los últimos pies de pino silvestre, el enebro enano, que abunda ya junto con el pino, se hace cada vez más abundante y denso constituyendo una formación subarbustiva relativamente cerrada.
- La montaña mediterránea: Al sur y al este de los sectores señalados son poco importantes las áreas que puedan ser consideradas como alta montaña, siendo la de mayor entidad la de Sierra Nevada. Aquí la característica climática fundamental es la existencia de un verano que puede considerarse seco. El piso montano en contacto con el supraforestal está constituido por árboles meridionales, particularmente la encina, el quejigo y en los sectores más húmedos el marojo.
4.- Macaronesia (Islas Canaria)
.El archipiélago canario forma parte de la Macaronesia, teniendo por tanto muchas especies en común con otros archipiélagos atlánticos como las Islas Azores y Madeira. Su vegetación cuenta con un alto índice de endemismos, contándose más 500 especies vegetales endémicas. Muchas son reliquias de especies ampliamente distribuidas por el Sur de Europa y Norte de África durante la Era Cenozoica o Terciaria.
La vegetación está muy influenciada por el clima tropical seco y la influencia de los Vientos alisios que soplan de nordeste a sudoeste, dando lugar a ciertas zonas de humedad alta y precipitaciones relativamente elevadas. Esto da lugar a importantes contrastes en las precipitaciones en las islas de mayor relieve. La vegetación de las Canarias está condicionada por las precipitaciones, la altitud, el suelo volcánico, las temperaturas, la acción del hombre y la orientación respecto a los vientos. Hay división por pisos:
- Basal árido: donde tiene lugar la menor cantidad de lluvias con menos de 300 mm , la media de temperaturas es de 20 °C , no existen árboles y sí un matorral discontinuo de tipo xerófilo,
- De transición al piso montano: 100 m por encima del basal, las precipitaciones son entre 350 y 400 mm , la media de temperaturas es de 15 y 19 °C . Es un área profundamente transformada por el hombre para cultivos, en ella se conservan restos de sabinares, acebuche u olivo silvestre, palmeras y el drago.
- Piso húmedo de la vertiente septentrional de las islas centro-occidentales: desde los 500-600 hasta los 1200 m , con temperaturas medias entre 13 y 15 °C y lluvias sobre 1000 m . Está relacionado con la humedad ambiental y la existencia de un banco de nubes cuyo vapor absorben las hojas. Esto se denomina lluvia horizontal o invisible. Hay un bosque muy denso, perennifolio compuesto por especies lauráceas, la laurisilva. Se conservan buenas masas de laurisilva en la isla de la Gomera (Garajonay), Tenerife y la Palma.
- Semiseco: se desarrolla conforme la humedad va descendiendo y puede llegar hasta los 2000 m , al no existir esta humedad desaparecen las especies lauráceas y deja paso a los brezos y junto a estos, conforme hay menos humedad, aparece el pino canario y sotobosque de tomillos y jaras.
- Piso seco en altura: a partir de los 2000 msnm con más de 500 mm anuales, solo se desarrolla un matorral muy abierto, rico en flora y unas especies con desarrollo de sus raíces bastante potente, basado en la búsqueda de humedad, como la retama y la escoba. Conforme ascendemos por encima de los 2800 m la vegetación es muy residual predominando plantas en forma de pequeños matorrales.
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